Ethereum: por qué es el mayor competidor de Bitcoin

En 2009, Bitcoin emergió en el dominio público con el ahora famoso whitepaper de Satoshi Nakamoto titulado “Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System”. En él, Nakamoto propuso un innovador nuevo sistema de registro descentralizado llamado blockchain. Once años más tarde, una industria de más de 1.55 billones de dólares ha crecido entorno a la idea de Nakamoto, con incontables proyectos bajo el ala. 

El más popular de estos proyectos, después de Bitcoin, es Ethereum (ETH). Ethereum es la mayor plataforma de software abierto y descentralizado del mundo. Lanzada en julio de 2015, Ethereum fue diseñada y desarrollada por el entusiasta en registros descentralizados ruso Vitalik Buterin. Él quería crear una plataforma que le hiciese fácil a los desarrolladores construir y gestionar aplicaciones descentralizadas basadas en blockchain (dApps), crear Contratos Inteligentes (Smart Contracts), e incluso crear nuevas criptomonedas, todo ello usando un lenguaje de programación propio.

Hoy, la popularidad de Ethereum le ha cosechado una capitalización de mercado de más de 406 mil millones de dólares. En este artículo, examinamos su historia, exploramos su protocolo único, y tratamos de entender por qué es considerado el segundo al mando de la blockchain.  

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Smart Contracts y dApps

Una dApp es una aplicación que corre sobre una plataforma distribuida. Esto pone su desarrollo y mantenimiento fuera del control de un solo individuo, lo cual en el mundo de las criptomonedas, es el canon.

Los beneficios de las dApps se hacen claros cuando consideras sus aplicaciones en las finanzas. Si unos individuos quieren agruparse para gestionar su capital (como en un acuerdo tipo de fondo mutuo), en vez de nominar a un gestor del fondo para hacerlo en su nombre, estos pueden crear una dApp con una serie de reglas de gestión pre-acordadas. Esto elimina la necesidad de confiar en un solo individuo para actuar de buena fe en nombre de todas esas otras personas.

Esto es también esencialmente lo que es un ‘Smart Contract’; un acuerdo entre partes cuyos resultados son automáticamente ejecutados cuando los términos pre-acordados son cumplidos. Estos contratos se escriben en un lenguaje de programación construido para Ethereum llamado Solidity. De nuevo, la idea es eliminar al intermediario que normalmente actúa como mediador entre las partes (los abogados y jueces) que requieren ser de confianza para dichas partes.

El DAO

 En 2016, estos conceptos alcanzaron su gran gloria con el lanzamiento de la primera organización descentralizada autónoma del mundo, o DAO para abreviar. El objetivo de DAO era ofrecer el diseño clave para la gobernanza de un negocio descentralizado. Cada inversor tendría un porcentaje criptográfico de la empresa y podría votar para cada decisión que se tome. Poder descentralizado.

Desafortunadamente, el DAO tenía un fallo que permitió que sucediera un hackeo que eventualmente llevó a una división en la comunidad y a la creación de Ethereum Classic, ETC. Sin embargo, que un proyecto como este fuera capaz de enfrentarse al viejo modelo de organización empresarial, y estuviera construido tan fácilmente usando la plataforma Ethereum, es un testamento de la naturaleza pionera de Ethereum y subsecuente popularidad. En los años siguientes, diversas cripto comunidades han formado sus propios DAO.

El estándar ERC-20

Si ponernos a todos a pensar en cambiar la forma fundamental en la que hacemos negocios no era suficiente, Ethereum también creó una plantilla técnica sobre la que literalmente miles de altcoins están basadas; el estándar ERC-20. El estándar (standard) es un conjunto de normas que cualquier desarrollador de tokens en la red de Ethereum debe implementar.

Esencialmente al crear un estándar para el desarrollo de tokens, Ethereum hizo sencillo para instituciones, como exchanges de criptomonedas o proyectos con dApps o Smart Contracts trabajar con altcoins ya que ahora solo tenían que desarrollar software para un estándar, lo que, a cambio, funcionaría con cualquier altcoin basada en ERC-20. Básicamente, Ethereum se convirtió para los tokens ERC-20 en lo que Bitcoin fue para Namecoin, Litecoin, Dogecoin e incluso Ethereum mismo; el pionero.

El número 2 de Bitcoin

Con todo lo anterior en mente, no es difícil ver por qué Ethereum se ha hecho tan popular. Con Bitcoin y su blockchain, el mundo fue introducido a la idea de almacenar y transferir información o valor de manera descentralizada, libre de la necesidad de depender de terceros confiables para validar la información o valor.

Ethereum llevó esa idea al siguiente nivel, haciendo mas sencillo desarrollar aplicaciones usando tecnología blockchain y escribiendo acuerdos usando un lenguaje específico que era mucho más sencillo de entender. También fijó el estándar que permitió la producción a escala industrial de muchas de las criptomonedas que usamos hoy, lo que, en sí mismo, propulsó el valor de la industria a alturas extraordinarias.

Hoy, Ethereum está valorado en 301 mil millones de dólares, comparado con los enormes 754 de Bitcoin. Sin embargo, se estima que el valor combinado de todas las altcoins compabiles con ERC-20 es de más de 200 mil millones, con la stablecoin más grande, una altcoin compatible con ERC-20 llamada USDT, valorada en 70 mil millones. 

Como Bitcoin, desde su lanzamiento en 2015, Ethereum ha visto un crecimiento astronómico de su propio valor, con inversores viendo un retorno de la inversión de más del 8000% desde su lanzamiento.

Y el progreso no se detiene ahí. Ethereum ha lanzado Ethereum 2.0, un esfuerzo para mover la pionera plataforma hacia un proceso radicalmente diferente de toma de decisiones que será a la vez verde – reduciendo la consumición de energía de Ethereum más de un 99% – y más sencilla.

Parece haber pocas dudas siguiendo estos desarrollos, su valor tanto nominal como en relación a la industria probablemente seguirá creciendo, y continuará retando y complementando a su predecesor Bitcoin. Todos los ojos están puestos en Ethereum.

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